"fotosaurus"

Acostumbrados a sistemas de zonas, números f, píxeles por pulgada… realizar fotogramas es como trabajar sin ruido. Aquí la técnica se reduce a la mínima expresión y la fotografía queda casi desnuda, es como viajar sin equipaje ni paquete turístico, tu atención se reduce a crear.
Esta fotografía sin cámara, sólo con papel y luz –fuente de vida en la fotografía- es tan sencilla y primitiva como creativa… al colocar uno o varios objetos sobre la emulsión se abre un mundo de posibilidades: su propio material, su posición, o movimiento mientras recibe la luz hace variar su lechosa sombra para sugerir o parecer lo que no es.
Con su estética característica, el fotograma nos descubre además la belleza de lo sencillo, como la poesía visual de una simple malla metálica. Pero se puede ir más allá: la creación de un paisaje, de un animal o una situación construida a partir de cualquier objeto.
El ambivalente juego de otra funcionalidad, otra realidad escondida tras los objetos cotidianos no es nueva, actualmente el máximo exponente es el genial fotógrafo Chema Madoz y anteriormente todo el surrealismo europeo de los años 30. Este movimiento artístico descubrió el fotograma como un instrumento ideal para expresar ese mundo bajo lo real, pintores y fotógrafos lo utilizaron asiduamente.
Antes, desde 1830 los míticos protofotógrafos empezaron a conseguir fotogramas por contacto antes del descubrimiento del procedimiento positivo – negativo… simples hojas aplastadas sobre la emulsión que pasaba horas bajo la luz del sol.
El fotograma siempre ha sido una romántica disciplina dentro de la fotografía… no bebe de la realidad para cazar instantáneas, sino que la crea…

Jesús de los Reyes